5.2.- Definición y concepto de sustrato
En el plano internacional, el término sustrato se aplica a todos los materiales sólidos distintos de los suelos naturales, minerales u orgánicos, que colocados en un contenedor, en forma pura o mezclada, permite el anclaje del sistema radicular y el soporte de toda la planta. Los sustratos pueden ser de materiales químicamente inertes o activos, que puede o no aportar nutrientes al proceso de la nutrición de las plantas (Burés, 1997; Cadahia, 1998).
Desde el punto de vista hortícola, la finalidad de cualquier sustrato de cultivo es producir una planta o cosecha de calidad en el más corto período de tiempo, con los más bajos costos de producción. El sustrato no deberá provocar un impacto de importancia sobre el medio ambiente (Cadahia, 1998).
Los sustratos cumplen con diferentes funciones en los sistemas agrícolas modernos; desde proporcionar un medio apropiado para el desarrollo de las raíces, que constituya a la vez el soporte de las plantas, retener el agua y los nutrientes necesarios y aportarlos a los cultivos, permitir la circulación del aire para propiciar el intercambio gaseoso de las raíces, actuar como amortiguadores de las reacciones químicas y los cambios de pH. Estas también son funciones inherentes a los suelos, sin embargo los sustratos las superan con creces y presentan otras ventajas como su bajo peso, aspecto facilita su manejo en la producción de ornamentales en maceta, donde el sustrato es parte de lo que se comercializa, o ser parte de los aspectos estéticos y decoración en las plantas ornamentales de interior (Martínez, 1994);
Por lo tanto, los sustratos deben proporcionar al cultivo los elementos que requiere para su desarrollo; agua, nutrientes minerales y oxígeno, que son los componentes más importantes que los vegetales normalmente toman por la raíz. Dada la estrecha relación que los sustratos guardan con la raíz, también deben contribuir a proporcionarle otras propiedades al cultivo, tales como; a) oscuridad absoluta, así como un ambiente propicio y favorable para el sistema radicular del cultivo, b) temperatura óptima para que la raíz pueda llevar a cabo todas las funciones que tiene encomendadas (absorción de nutrientes minerales, transpiración y movimiento de la savia por el xilema, respiración celular íntimamente relacionada con la absorción y transporte de nutrientes, acumulación de sustancias de reserva en algunos cultivos y síntesis de fitohormonas, en otros), c) un ambiente desfavorable para el desarrollo de microorganismos u otros agentes que puedan actuar como transmisores o reservorio de plagas y enfermedades.
Los sustratos suelen estar confinados en contenedores que pueden adoptar distintas formas; abiertas o cerradas y diferentes volúmenes; como cubos, prismas, cilindros, etc. Los materiales de los contenedores pueden ser diversos y los sustratos estar disponibles en diferentes presentaciones; a granel, compactados, en bolsas, sacos, tablas, etc. (Durán, M. J. et al. 2002).
