5.- EL CULTIVO EN SUSTRATOS
5.1.- Introducción
En las últimas décadas la horticultura intensiva ha experimentado grandes cambios, de manera que la necesidad de incrementar las producciones para satisfacer la demanda de los mercados y para mantener la rentabilidad de los sistemas productivos, ha llevado hacia un mayor control ambiental con el fin de optimizar el desarrollo de los cultivos. En este sentido, el control de la nutrición vegetal ha sido posible gracias a los sistemas de cultivo sin suelo, con los que se ha podido eliminar una serie de deficiencias en cuanto al manejo de la nutrición de cultivos en suelo, derivadas del poco control que se tiene de los aportes de elementos químicos con los que el suelo contribuye, y así proporcionar condiciones más apropiadas para la nutrición de las plantas, mediante la preparación de soluciones nutritivas completas que están a disposición de las raíces de los cultivos sin alterar.
Los sistemas de cultivo sin suelo se pueden clasificar en: a) cultivos en sustrato, b) cultivos en agua o hidropónicos, y, c) cultivos en aire o aeropónicos, dependiendo del medio en el que se desarrollen las raíces. En este apartado son enfocaremos a proporcionar elementos para el manejo de sistemas hidropónicos en sustratos, ya que en México la mayoría de los sistemas productivos sin suelo empleados a nivel comercial utilizan algún tipo de sustrato, seguidos de los cultivos en agua, mientras que los aeroponicos no rebasan la fase experimental.
Dentro de los cultivos en sustrato podemos distinguir a su vez tres tipos en función de ellos en cuanto su manejo y la forma de aportar la solución nutritiva.
a) Sistemas que funcionan por inundación periódica del sustrato mediante subirrigación y en los que posteriormente se realiza el drenado y recogida de los sobrantes. En este caso el área de cultivo consiste de tinas, bancales y otros recipientes que se inundan y drenan con cierta frecuencia.
b) Sistemas que utilizan un sustrato con una baja capacidad de retención de agua y una elevada aireación, como las gravas, de forma que requieren un aporte frecuente de solución nutritiva a nivel superficial para asegurar un suministro adecuado de agua y nutrientes al cultivo. Por lo general el riego se realiza mediante microaspersores que función en forma intermitente de acuerdo con una programación preestablecida.
c) Sistemas que emplean algún sustrato con una capacidad de retención importante de agua (lana de roca, perlita, fibra de coco, arena, etc.), de forma que requieren el aporte de riegos puntuales en función de las necesidades hídricas del cultivo, con el fin de lograr una adecuada relación agua/aire en el mismo. Este tipo de sistemas son los más difundidos en nuestro país. La forma más frecuente de riego es mediante sistemas de goteo.
De los sistemas anteriores, los dos primeros trabajan en circuito cerrado en los que la solución nutritiva se recircula aportando de forma más o menos continua los nutrientes que la planta va consumiendo, mientras que el tercero puede trabajar tanto en circuito cerrado como abierto o a solución perdida, en los que los drenajes provenientes de la plantación son desechados o se pueden almacenar para su posterior desinfección y reutilización.
A nivel mundial se están imponiendo los sistemas cerrados, mientras que en nuestro país las empresas hidropónicas comerciales trabajan con sistemas abiertos que adoptan el riego por goteo, sin recirculación de la solución nutritiva. Por cuestiones regulación ambiental a futuro, de uso eficiente de agua y comercio internacional, se hace necesario empezar a implementas los sistema de recirculación de la solución nutritiva, así como el establecimiento de sistemas de captación del agua de lluvia para el riego.