3.6.1. Estrategias para aumentar y reducir luminosidad
La luminosidad dentro de un invernadero debe regularse en función de las necesidades de luz de los cultivos presentes en su interior. Ya señalamos que existen plantas de sol, plantas de media sombra y plantas de sombra, de tal forma que a cada grupo se le debe proporcionar las condiciones de iluminación necesarias para su desarrollo.
La falta de luz se manifiesta en un alargamiento y debilitamiento de los tallos, así como en la palidez y amarillamiento de las hojas, que se atrofian y caen. Este estado se ve favorecido por un calor excesivo o por fuertes variaciones de temperatura. La luz demasiado violenta resulta perjudicial, sobre todo para las plantas de sombra. Los brotes nacen más pequeños y las hojas pierden su color. Los rayos directos del sol, sobre especies de sombra, provocan manchas amarillas en las hojas, que después se ennegrecen, se secan y caen. Incluso las plantas de sol, desarrolladas bajo media sombra, pueden presentar trastornos si se les expone directamente al sol sin antes acostumbrarlas paulatinamente a ello (Pribyl, 1993; Salisbury y Ross, 1994).
La intensidad fotosintética de la mayoría de las hojas aumenta con la intensidad de la luz, hasta un punto de saturación en la que ya no tiene influencia positiva y se hace independiente de la cantidad de luz. Así mismo existen especies en las cuales la actividad fotosintética disminuye al aumentar la cantidad de luz.
La respuesta de la fotosíntesis a la luz está influenciada por otros factores ambientales, por ejemplo la temperatura y las concentraciones de CO2 y varía con el desarrollo de la planta. Las diferentes hojas de una planta presentan intensidades netas de fotosíntesis diferentes no sólo en la posición de la hoja sobre la planta sino en relación con la edad, en parte es una consecuencia del cambio de exposición a la luz. En el tomate, por ejemplo, la intensidad máxima de fotosíntesis neta disminuye rápidamente con la edad de la hoja (Alpi y Tognoni, 1995).
El manejo de la luz dentro de un invernadero puede hacerse de dos formas, a) captando toda la energía radiante que incide sobre ese lugar, para aprovecharla en plantas con altos requerimientos de luz, y, b) disminuyendo esa cantidad de energía, cuando se cultivan plantas con pocos necesidades de luz como el caso de las plantas ornamentales de interior.
El captar toda la energía incidente en un lugar determinado tiene que ver con el diseño y orientación del invernadero, así como con el uso de materiales transparentes en las cubiertas. La luz que incide en el piso del invernadero puede ser reflejada sobre la parte inferior de las hojas mediante acolchados de color blanco o plateado. Para aumentar horas luz se emplean focos o lámparas de diferentes tipos e intensidades.
La reducción de la intensidad y cantidad de luz dentro de los invernaderos se puede realizar mediante varios mecanismos de sombreo, entre los que están prácticas como: a) uso de cubiertas lechosas y opacas, b) encalado de la cubierta, c) uso de mallas sombra, d) uso de pantallas térmicas y e) uso de cortinas negras.
Uso de cubiertas lechosas y opacas. La existencia de filmes blanco lechosos, azules, color marrón y otros con cierta opacidad, así como el empleo de placas como policarbonatos opacos y láminas de fibra de vidrio de diferentes colores, permiten disminuir la cantidad de energía luminosa que entra a los invernaderos. En este caso la cantidad de luz se controla en forma permanente por lo que debe planearse en función de las necesidades de iluminación de las especies a producir dentro de ese invernadero. Para cambiar las condiciones de iluminación debe cambiarse el tipo de material empleado en la cubierta.
Encalado o pintado de blanco. El encalado o pintado es una práctica encaminada a reducir la cantidad de luminosidad dentro del invernadero, que consiste en cubrir la cubierta con una capa de pintura de color blanco. Si el encalado se realiza en el exterior, es lavado con las primeras lluvias y para ese tiempo existe una disminución natural de la iluminación por efecto de las nubes. Si el encalado se realiza en el interior permanece más tiempo. En algunos casos se emplean otros tipos de pintura, incluso permanente y de colores opacos. Los productos que se emplean para pintar la cubierta pueden disminuir la vida útil de los plásticos objeto de las cubiertas.
Uso de mallas sombra. Las mallas sombra pueden usarse como protección directa, mediante la construcción de casas sombra, o emplearse sobre la cubierta para reflejar y retener un determinado porcentaje de luz sin aumentar temperatura. Si la malla sombra se coloca por debajo de la cubierta del invernadero disminuye luminosidad pero aumenta la temperatura, esta condición puede resultar benéfica en invierno. Existen mallas sombra de diferentes colores; blanco, negro, verde y azul, cuyo efecto en el aumento de la temperatura es diferencial.
Pantallas térmicas. Las pantallas térmicas son cubiertas de aluminio que reflejan una parte de la energía solar y permiten que un porcentaje entre al invernadero. Al igual que las mallas sombra, las pantallas pueden colocarse por debajo de la cubierta o en el exterior con las mismas consecuencias.
Uso de cortinas negras. Las cortinas negras se emplean para manejar horas luz en especies de foto período corto que se estén cultivando durante el período en que existen más horas luz de las que el cultivo requiere.
Uso de lámparas y focos. Cuando se requiere mayor número de horas de iluminación para el manejo del foto período, con en el cultivo de crisantemo, se emplean lámparas eléctricas. También existen lámparas con las que se puede proporcionar determinados tipos de energía radiante, sin embargo el sistema representa altos costos.