3.5.2. El CO2 dentro de los invernaderos
Bernal et al. (1987) y Alpi y Tognoni (1991) señalan que el CO2 dentro de un invernadero durante un día varía entre 200 y 500 ppm, con un valor promedio de 300 partes por millón. Valores que en general se consideran deficitarios para la mayoría de las plantas y constituye un freno para su desarrollo. Investigaciones realizadas en diversos lugares consideran que la mayoría de las plantas tienen su óptimo de fotosíntesis entre los 600 y 900 ppm de CO2 en el ambiente, como se puede observar en el cuadro anterior, donde se encuentra el pepino que requiere hasta 3000 ppm.
El manejo del CO2 dentro de los invernaderos presenta una serie de dificultades ya que al tratarse de un gas este tiende a escaparse de ellos cuando se ventila. No obstante existen algunos métodos para su aporte los cuales se abordan en el siguiente apartado.
En invierno, a medio día, el consumo normal de CO2 es de 1.5 a 2 g CO2 m-2. h-1 subiendo en primavera a valores medios de 3 en la costa mediterránea (Berninger, 1989; citado por Castilla, 2005).
El umbral crítico de CO2 por debajo del cual en balance de carbono es negativo, la respiración supera a la fotosíntesis, es normalmente menor a 200 ppm (Castilla, 2005)
La concentración del CO2 dentro de los invernaderos varía mucho, sobre todo sí éstos permanecen cerrados mucho tiempo, como se puede observar en la gráfica de la siguiente figura.
Fuente: Bernat et al; 1990; Alpi y Tognoni, 1991 |
Figura 3.10. Variación diaria del CO2 dentro de un invernadero
A) Variación diaria del contenido normal de CO2 en la atmósfera de un invernadero. B) Variación diaria de la concentración de CO2 en un invernadero normal, en un invernadero tratado y al aire libre. (1) Atmósfera del invernadero con CO2 (2) Atmósfera del invernadero sin con CO2 (3) Atmósfera exterior. |
En la figura anterior se aprecia que en las primeras horas de la mañana, en un día despejado, la concentración de CO2 dentro de un invernadero puede ser más alta que en la atmósfera exterior, alcanzando valores por arriba de 400 ppm. En las siguientes horas al aumentar la intensidad luminosa y ocurrir la fotosíntesis se consume CO2, disminuye su concentración rápidamente hasta alcanzar niveles de 200 ppm.
Esta situación puede durar varias horas mientras exista la intensidad luminosa suficiente para realizar la fotosíntesis. Cuando se nubla o disminuye la cantidad de luz, los niveles de CO2 se recuperan y aumenta gradualmente su concentración, hasta alcanzar los niveles más altos un poco antes que salga el sol para repetir nuevamente el ciclo.
Si el invernadero permanece cerrado o la circulación del aire se dificulta dentro del mismo, situación que ocurre con cultivos densos y altos, la concentración de CO2 disminuye debido a que es utilizado por las plantas y no es renovado desde el exterior. Por lo tanto, el CO2 se convierte en un factor limitante para el desarrollo normal de las plantas y se hace necesario aportarlo como otro fertilizante más.
La circulación continua del aire dentro del invernadero permite la renovación del CO2 que rodea a las plantas aportando el necesario para la fotosíntesis. Se recomienda que el aire de los invernaderos se renueve periódicamente, mínimo una renovación por minuto.
Los niveles de CO2 se pueden aumentar mediante aportes artificiales que pueden elevar su concentración de los niveles normales de 200 a 300 ppm a niveles de 1000 a 2000 ppm. Concentraciones muy altas pueden resultar tóxicas para los cultivos. Sin embargo, como ya se indico, existen referencias que la mayoría de las plantas cultivadas necesitan un óptimo entre 600 y 1000 ppm de CO2 atmosférico. (Bernat et al, 1990; Alpi y Tognoni, 1995; Elías y Castellvi 2001).