I. INTRODUCCIÓN

1.1.2. La agricultura protegida

En los últimos años, los cultivos hortícolas y ornamentales han experimentando una tendencia cada vez más marcada hacia la obtención de una producción anticipada o fuera de estación, en condiciones diferentes a aquellas en las que tradicionalmente dichos productos se cultivaban a campo abierto. Tendencia que ha creado la necesidad de usar diversos elementos, herramientas, materiales y estructuras en la protección de los cultivos con la finalidad de obtener altos rendimientos con productos de mejor calidad. A esta actividad se le conoce como agricultura protegida y en gran medida ha sido resultado del desarrollo de los materiales plástico, los cuales a su vez son resultado del desarrollo de la petroquímica, misma que se aceleró a mediados del siglo pasado.

 

 



1.1.2.1. El concepto y dimensión de agricultura protegida

La agricultura protegida es aquella que se realiza bajo estructuras construidas con la finalidad de evitar las restricciones que el medio impone al desarrollo de las plantas cultivadas. Así, mediante el empleo de diversas estructuras y técnicas se reducen al mínimo algunas de las condiciones restrictivas del clima sobre los vegetales. A través de varios años pero sobre todo en las últimas décadas se han desarrollado varios tipos de estructuras para la protección de las plantas que plantean diferentes alternativas para recrear condiciones ambientales óptimas para el desarrollo de los cultivos, de acuerdo a los requerimientos climáticos de cada especie y en concordancia con los factores climáticos de cada región.

 

 

Lo anterior tiene con base que en la agricultura se ha encontrado que los límites productivos de las plantas cultivadas están determinados por dos factores principales; la información genética de las distintas especies o variedades y el ambiente en el cual se desarrollan. Muchas de las especies cultivadas presentan un amplio rango en su rendimiento, en diferentes condiciones climáticas y bajo diferentes sistemas de cultivo, aspecto indicador de un alto potencial productivo que no ha logrado expresarse de manera plena debido a las restricciones que impone el medio.

Entre los principales factores ambientales que impiden la expresión del potencial genético de los cultivos están la baja fertilidad de los suelos, las enfermedades, las plagas, la competencia con otras plantas, condiciones climáticas poco favorables; entre ellas falta de agua y bajas o altas temperaturas, así como métodos y técnicas inadecuadas de cultivo. Factores todos ellos que inciden sobre los cultivos cuando se desarrollan a campo abierto o al aire libre, dando como resultado bajos rendimientos.

Para evitar las pérdidas atribuidas a los factores ambientales adversos al desarrollo de los cultivos, han surgido una serie de elementos para proteger a las plantas dando origen al desarrollo y fortalecimiento de la agricultura protegida, la parte más dinámica de la agricultura del siglo XXI, basada en estructuras agrícolas, sistemas de riego y prácticas de cultivo apropiadas a cada especie.

El tipo de protección utilizada y los resultados obtenidos están estrechamente relacionados con el conocimiento de las condiciones climáticas de la zona en la que se trabaja, de las exigencias de cada especie y de la eficiencia de la protección (Tesi, 2001).

Con ello, las modificaciones ambientales, logradas con cada uno de los tipos de estructuras, empleadas en la agricultura protegida, permiten ofrecer un medio más favorable para que las plantas expresen su potencial productivo sin las restricciones ambientales a que están sometidas cuando se desarrollan a campo abierto, ya sea en sistemas de riego o temporal. Un eje principal de esta agricultura son los plásticos para uso agrícola, uso y empleo que se engloba bajo en concepto plasticultura.

 

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