3.6.4. Estrategias para el manejo del CO2 dentro de los invernaderos
El CO2 puede aportarse, cuando sea necesario, en forma de gas carbónico o mediante la quema de materiales de cuya combustión se desprenda. Si nos basamos en los datos analizados en el tema correspondiente, el contenido de este gas en la atmósfera no cubre los requerimientos de la mayoría de los cultivos.
En la actualidad existen diferentes sistemas para el aporte de CO2 a la atmósfera de los invernaderos, de ellas una de las más utilizadas es la combustión de hidrocarburos para calentar el agua para calefacción mediante tuberías radiantes, durante el día, misma que se almacena para hacerla circular dentro del invernadero por la noche, y el CO2, resultado de la combustión se inyecta al invernadero. Existen otros sistemas como el aportar CO2 industrial, pero no están lo suficientemente validados, por lo que es necesario investigar más sobre su aplicación en los ambientes cerrados.
Una forma barata de aportar CO2, es mediante una ventilación eficiente, que implique una renovación de aire por minuto, con lo que además se disminuye la temperatura. El objetivo de la ventilación es evitar reducciones de CO2 superiores a 30 ppm respecto al contenido normal del aire, 350 ppm. La ventilación para reducir temperatura que suele tener tasas de 20 a 30 renovaciones por hora suele ser suficiente para mantener niveles de CO2 adecuados.
En condiciones de alta temperatura donde se requiere ventilar, la estrategia de enriquecimiento de CO2 recomienda mantener niveles de 350 ppm con las ventilas abiertas y de 600 a 700 ppm con las ventilas cerradas (Castilla, 2005).